viernes, 20 de noviembre de 2009

Y también dos huevos duros

¿Recuerdan aquella famosa escena de los hermanos Marx en Una noche en la ópera? Groucho dando la cara por aquellos, que se ocultan por ser polizones: antes de esta hecatombe magnífica de uno de los sketch más populares de la historia del cine, Groucho habla con el camarero y le pide un extenso repertorio de platos diferentes, y como colofón a cada frase de Groucho, se escucha a Chico, del otro lado, requiriendo los dos huevos duros (a esta extraña exigencia la acompaña, cómo no, la bocina de Harpo). Y hay que ver la cara de Groucho. Da cuenta del absurdo de la vida. Nuestra integridad puede estar en peligro que aún exigimos el capricho que nos hace humanos. Eso es lo que nos ocurre en el ladrón: aunque perfectamente ensayado (risas) todo es (afortunadamente) puro capricho. Anoche nos tocó para abrir boca un debate improvisado sobre las condiciones tecnológicas en el cine: ¿afecta la digitalización a la estética del cine, sobre todo, de aquellas legendarias, tan pronto, películas de ciencia ficción (veáse las dos versiones de Alien)? De fondo escuchábamos por recomendación de Fran (disfruta de los Depeche Mode en Barcelona, ya nos cuentas) del disco The man who sold the world (casi nada) de Mr. Bowie.
Juan Luis nos recomendó,a su vez, a un poeta de Los Realejos, Carlos Dóniz, y nos habló de su último libro, Namibia, editado por Baile del sol, inventario lírico de los amores de aprendizaje. Conectamos con José Manuel desde Madrid que nos invitó al temido mundo de las matemáticas con la obra Las mentiras de Ulises de Piergiorgio Odifreddi, editada por Salamandra. Disertación amena sobre la lógica y el álgebra y de su aplicación en el mundo para desmentir falsedades institucionalizadas. También nos habló de cine, concretamente de las dos versiones de La mujer del puerto. Historia inspirada en los relatos "Le port" de Maupassant y "Natacha" de Tolstoi. Por último nos recomendó Caín, la última novela de Saramago y de su capacidad para desmontar mitos y verdades eternas. Carmen nos trajo a Antonio Porchia y sus Voces reunidas editada en Pre-textos. Nacido en Italia en 1885, de adolescente se trasladaría a Argentina, donde pasaría el resto de su vida. Ejemplo de escritor puro, sin mediaciones editoriales, se dedicó a distintos oficios: fue carpintero, fundó una imprenta y una sociedad de arte. Admirado por los surrealistas, Borges, Pizarnik, Juárroz... Fue difundido por el boca a boca. Y le tuvieron que convencer para que se decidiera por fin a publicar su obra. Cerca del género aforístico, sus voces ofrecen un pensamiento sintético cercano al zen que consigue vaciar al "yo" de su carga superflua.
Y ya al filo de la medianoche, y un poco a contrarreloj en nuestro camarote único, Samuel y Óscar prometieron hablar en el próximo ladrón de Arlt y Stevenson, sobre el Juguete rabioso y El dinamitero, respectivamente. Echábamos en falta a Tamara y a Carlos, a Javi y a Eva y a nuestro blogero Fran que volverá con noticias musicales de Barcelona.
Recordábamos que el próximo jueves emitiremos por primera vez un programa grabado hace unas semanas, aprovechando la presencia de dos compañeros poetas: Máximo Somolinos e Iván Cabrera. Y que si nadie lo remedia el sábado 28 grabaremos un especial en la librería de Matías, llamada Masilva, un pequeño rincón con ofertas sorprendentes de ensayo, narrativa, cine, música y cómic, anclada en el Puerto de la Cruz.
Nuestro capricho marxiano se despedía así con un tema de Bowie, de este extraordinario trabajo suyo de 1970-71. Saludos, nos oímos el próximo jueves a las 21:00h.
Y, por supuesto, también dos huevos duros, por favor.

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